Marisol Collado Mirabal
Portavoz de Nueva Canarias en la Corporación Municipal de Arucas
Estábamos siendo un ejemplo más allá de nosotros mismos. Las excavaciones de los pozos malditos estaban funcionando, más o menos, como un reloj. Cada uno haciendo lo que debía, más o menos. 24 cadáveres rescatados del primer olvido (su identificación es el rescate del segundo olvido) son los testigos de un trabajo bien hecho, creo, más o menos.
Sin embargo, las últimas informaciones en prensa nos han cogido con el pie cambiado. No sé qué pasa, no acierto a comprender quién o quiénes desean más o menos protagonismo en esta historia, en esta tristísima historia. Sé que cuanto más importante es un acontecimiento más miserias humanas entran en juego, más altura de miras se necesita y, proporcionalmente, más generosidad.
Por favor: tengan cuidado, no vayamos a encharcarla cuando estamos tan cerca de hacer Historia nueva. Ruego a las Instituciones que comprendan y asuman el papel imprescindible de las familias y la lectura atenta de los comunicados institucionales antes de su publicación para evitar ambigüedades que lleven a malentendidos; ruego a las familias que tengan paciencia con la burocracia, el rigor científico, los errores y las torpezas. Pido a los políticos un paso atrás, a los técnicos que potencien los espacios de encuentro, pido a los medios de comunicación una exquisitez ética sin medida en el tratamiento de la información. Tengamos en cuenta la protección de los datos de absolutamente todas las personas, procuremos evitar las acusaciones con un fundamento discutible y todos los elementos que distorsionen un proceso que ha de servir para construir un futuro mejor. Desechemos recelos y desconfianzas… gasolina y fósforos, no toca.
No tengo ninguna pretensión. Yo sólo soy una espectadora persistente pero, desde el punto de vista ideológico, es éste uno de los momentos más importantes que me ha tocado vivir. Pido prudencia y transparencia, pido serenidad y diálogo. Se lo debemos a las víctimas del siglo XX y a los jóvenes del siglo XXI… pido paz.